miércoles, 16 de enero de 2013

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y LA EDUCACIÓN



Para realizar esta nueva entrada en el blog, relacionada con el temario del tema 1, vamos a tomar como referencia a una persona que por su innovación se ha convertido en un gurú de la educación en nuestra época. Hablamos de Richard Gerver, docente que empezó su carrera en la enseñanza en 1992, y en el programa Redes de la 2 titulado Crear hoy las escuelas de mañana nos da su propia visión de la enseñanza hoy.
Las redes sociales e internet forman parte del día a día de los alumnos, pero la mayoría de los profesores no utilizan dichos recursos, siguen anclados en el pasado. Y mientras tanto, los niños establecen vínculos mediante internet, y resuelven sus deberes ayudándose de ésta herramienta, sin tener nada que ver esta forma de hacer la tarea con la forma de llevarla a cabo hace unos años en un tiempo no tan remoto.
“Creo que los jóvenes de hoy se sienten más desconectados de la sociedad, y creo que esto sucede porque la cultura y el mundo han cambiado muchísimo en una sola generación”, dice Gerver. “Esto ha abierto una brecha generacional bastante grande entre la juventud de hoy y los ciudadanos adultos”. El reto es cerrar esta brecha y potenciar las capacidades que tienen nuestros alumnos para que vean que pueden ocupar un lugar significativo en la sociedad, volviéndose personas activas en la misma.
En este video, también se nos habla de la pasión en los maestros, la cual no debe perderse pese a que muchas veces la rigidez del sistema educativo lleve a ello. Así, si los profesores sienten esa pasión por enseñar, los niños la compartirán con ellos la pasión por aprender.

A continuación os dejamos una entrevista realizada por Rosa Jiménez Cano en El país del 30 de abril de 2012 bajo el nombre “Es absurdo llenar las aulas de ordenadores”. Os aconsejamos la lectura de la misma, al igual que ver el video situado en esta entrada.
Pregunta: ¿Es tan importante la tecnología para los estudiantes?
Respuesta: Bastante porque está en su ocio, su hogar... Está en su rutina diaria, así que tendría que ser parte de su aprendizaje. Hay un matiz que no se debe olvidar, los niños no solo aprenden en la escuela. El aprendizaje informal se da a través de la tecnología, para que la parte formal tenga credibilidad no puede dejar de lado la tecnología.
P. ¿Qué papel juega el profesor en este nuevo entorno?
R. Deben asumir que la era en que el profesor era el experto que sabía todo ya pasó. Eso ya es imposible en nuestro mundo. Para muchos educadores esto es un reto pero para otros es una pérdida de confianza. Hay que entender que el paradigma ha cambiado. Los profesores nos tenemos que ver como facilitadores, como expertos en ayudar a los jóvenes a entender conceptos complejos, de manera profesional, pero asumir que ahora adquieren conocimientos de muchas maneras. La clave está en hacer ver a alumnos que lo aprenden a través de la tecnología tiene un uso en la vida diaria, que sirve para su evolución. Los profesores han pasado de ser los que les dan conocimientos a los que les dan capacidad para aprender por sí mismos.
P. ¿Y cree que su propuesta se puede aplicar con los recortes del Gobierno?
R. Creo que sí. La transformación de la educación no requiere de una gran inversión. Estamos ante una transformación humana. El cambio está en conseguir atraer a los jóvenes a través de la emoción y la creatividad, usando la imaginación. Eso no cuesta dinero. Cuando se habla de nuevas tecnologías siempre nos quedamos en llenar las clases de ordenadores, pero es absurdo. En sus casas ya tienen aparatos más avanzados. La inversión debe estar en la forma en que se usa la tecnología, sobre todo en el software y en material online, que es mucho más barato que comprar aparatos que se quedan obsoletos.
P. ¿Quién debe proyectar ese software? ¿Las escuelas? ¿El gobierno?
R. El gobierno, no. Los profesores, que siempre tienen soluciones fantásticas para el día a día. Hay que devolver el valor del educador. Hay que promover La colaboración entre los desarrolladores de aplicaciones y los profesores, que son los que saben cómo exponer conceptos, razonar...
P. Entonces, ¿desaparecerán los libros de texto?
R. Yo también me hago esa pregunta. Al igual que los periódicos, siempre tendrán un sitio, pero su futuro se lo están jugando ahora, en la forma que tienen de gestionar la llegada de las nuevas tecnologías. Los diarios deben mantener su calidad, su valor periodístico, pero hay que entender que ya no vale con dar una fotografía estática, sino que hay que añadir pequeños vídeos, una pequeña entrevista con el político que sea, un gráfico interactivo, la posibilidad de conversar con el redactor. El libro siempre tendrá su sitio, como objeto especial, es increíble, con su olor, tacto, estética... Sin embargo, la editoriales deben entender que su futuro está en subrayar la importancia de la experiencia de uso. Su futuro está en mezclar ambos formatos.
P. En los últimos días se ha destacado la aplicación Khan Academy para iPad, ¿le parece un buen ejemplo?
R. Sin duda. Ha demostrado que para enseñar hay que saber llegar a los alumnos. Si se accede a ellos desde una posición cercana, que entienden, todo fluye. Lo más importante de esa aplicación es que es profunda, pero los alumnos tienen la sensación de tener el control.
P. ¿Cree que los videojuegos pueden tener uso en la educación?
R. Lo creo firmemente. Una de las críticas que se hace a los chavales es que carecen de resilencia (capacidad de superación), que se frustran rápido... No es cierto. En un videojuego se demuestra. Les matan y vuelven una vez al mismo punto y tratan de superarse, de resolver un problema. Si sacamos lo positivo de ese mundo para el aprendizaje habremos ganado mucho. Me parece cobarde decir que los videojuegos son malos y mirar para otro lado. Son una herramienta muy poderosa: sirven para aprender a colaborar, trabajar en equipo, resolver problemas...
P. ¿Y cómo recomendaría usarlos?
R. De una manera especial, porque lo que se vive, lo que se hace en primera persona, se recuerda mejor. Hay que encontrar el punto de conexión que una el entretenimiento con el conocimiento.
P. ¿Desaparecerán las pizarras?
R. Mi vaticinio es que cambiarán. El problema es que el equipamiento no cambia el sistema. Nos han llenado las clases con pizarras interactivas, muy bien, esperaban que eso hiciera el cambio, pero se han usado igual que las de tiza. Hay que cambiar la mente del profesor y entonces sí cambiarán los libros, la escritura...
P. En su propuesta, ¿cómo encajan los exámenes y las notas?
R. Volvamos al principio, cambiemos el enfoque. El problema es que tanto en Reino Unido como en España nos empeñamos en reinventar el sistema con el mismo final. Nadie se plantea que quizá el camino ya no debe llevar al mismo destino. Hace falta un nuevo camino educativo. El problema está en que los políticos se empeñan en llevarnos una y otra vez al mismo final. No necesitamos los mismos exámenes, ojo, no digo que no hagan falta, digo que no de esta manera. El mundo ha cambiado y las oportunidades que ofrece también. En España, por ejemplo, la tasa de desempleo juvenil es alarmante. Eso indica que hay algo mal en el sistema, no solo en la economía. Hay que enseñar a los alumnos a ser más flexibles, a crear sus propios trabajos, montar sus empresas, saber dar un servicio y menos a que terminen unos estudios y esperen que los contraten. Los profesores tenemos que enseñarles a ver huecos en el mercado para los que ellos creen un producto o un servicio. Así sí se genera riqueza.

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